Os voy a decir una cosa, y tenedla en cuenta ad futurem. Me dan igual Spider-Man, Superman, Batman y cualquier otro hombre con superpoderes. Por alguna extraña razón que no comprendo, cuando era pequeño no me emocionaban, y más mayor me han dejado más indiferente si cabe. No creo que tenga nada que ver con lo mucho que he abrazado Dragon Ball, Caballeros del Zodiaco o Rurouni Kenshin, porque este es un fenómeno posterior (el haber sido fan de shonen manga).
Dicho esto, creo que a la hora de juzgar un videojuego poco debería importar si se es fan de un tío que se disfraza para salir a la calle y acabar con unos maleantes o no. Por ello, cuando en un buen día de 1995 llegó a mis manos una copia de Batman Returns de Game Gear mientras estaba recluido con mis padres en un monasterio, no creí que fuera a ser una solución a mis problemas de aburrimiento. …Seguir leyendo +