Dicen que los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla. El cómo ha podido alguien olvidar los 90, posiblemente la década más anodina de la historia reciente, se me escapa pero Gone Home nos devuelve a ella para contarnos un par de historias sobre la vida de una familia estadounidense cualquiera.
En esta ficción interactiva ocupamos el lugar de Kaitlin, una estudiante que ha pasado el último año en Europa y vuelve con su familia en una lluviosa noche para descubrir que no hay nadie en casa. En ese punto es donde tomamos el control para explorar, mediante la típica interfaz de acción en primera persona, la desierta mansión a la que la familia se mudó durante nuestra estancia en el extranjero. Si queremos avanzar en la historia durante nuestro recorrido hemos de recoger e interactuar con los diferentes objetos que hallamos repartidos por la casa, algunos de ellos a la vista y otros algo más ocultos, lo cual activará diferentes audio-diarios o nos mostrará textos que dibujan la vida de los habitantes.
Hasta aquí, con esta descripción formal, Gone Home aparenta ser una aventura más. Si habéis escuchado o leído muchos de los comentarios que corren por internet es posible que incluso estéis entusiasmados con la idea de jugarlo y adentraros más en la historia familiar de Kaitilin. Si es así, ya habéis disfrutado del mayor encanto de Gone Home: hacernos creer que es lo que no es. …Seguir leyendo +