Cada vez que juego a los últimos juegos de Sonic para Wii, descubro que todos tienen un problema que consigue que al poco deje de jugarlos cansado de su mecánica. Recordemos en qué consiste el juego: es un plataformas, donde la cámara se sitúa detrás del personaje que controlamos y en el que debemos conducir a nuestro héroe al final de cada fase por un recorrido en el que tendremos que esquivar a ritmo de vértigo cada uno de los obstáculos que nos impidan el paso. Podría parecer que el juego pinta bien… y, efectivamente, durante las primeras pantallas no está mal. Pero, cuando el jugador lleva más tiempo, comienza a echar en falta un poquito más de libertad. ¿El qué? Sí, eso: libertad.
En cada una de las pantallas, tu área de acción se ciñe al camino por el que el juego te obliga a ir. Por tanto, las decisiones del jugador, simplemente, se limitan a escoger de qué manera eludiremos cada obstáculo ya que el camino ya está escogido de forma predeterminada. Esto es justo lo que me lleva a comentar el título del encabezado. Donde Sonic falla, Igneous sobresale. …Seguir leyendo +