Cada vez parece estar más cerca la realización de OwlBoy. En una industria que cada día se preocupa más por la falta de riesgo, por la rentabilización, por los avances, es realmente encantador encontrarse con un caso como este.
Allá por 2008 empezamos a ver imágenes y vídeos de este juego realizado íntegramente con gráficos bidimensionales. Protagonizado por un niño con forma de búho llamado Otus, atrajo a la gente lo suficiente como para quedar finalista en los IGF del año 2010. Pero, su desarrollo ha sido terriblemente lento, algo lógico teniendo en cuenta que empezó como una especie de hobby, y con el tiempo ya se lo empezaron a tomar en serio.
Owlboy se puede describir, básicamente, como una mezcla entre Mario y Zelda. Ellos lo llaman «juego de desplazamiento vertical de plataformas y aventura«. Es a la vez juego de plataformas, y juego de exploración. De hecho, tiene ese encanto de los juegos de aventuras donde el mundo es tan sorprendente que al principio lo único que quieres hacer es conocer lo que puedes hacer.
Se maneja como un juego clásico de plataformas, con una diferencia importante: nuestro protagonista puede volar. Esto, que puede hacernos creer que no tiene demasiado sentido el aspecto de las plataformas, pero no es así. Lo primero, en el juego ya aparecen momentos en los que no podemos usar nuestras alas. Chorros de agua evitando que nos elevemos por los aires, o enemigos que pueden verse alertados ante nuestro posible aleteo. Pero si no, también aparecen trampas y otros elementos que nos obligan a maniobrar con cierta habilidad, como si de un juego de plataformas hablásemos. Además, no tenemos que mantener pulsado nada para volar, sino que OwlBoy se mueve en el aire sólo con el uso del control direccional.
Además, OwlBoy realiza ataques y permite el uso de objetos pero por si fuera poco, se puede ver acompañado de amigos a los que alzará en el aire y a los que podrá utilizar. Por ejemplo, en la demo tenemos a un chico con gafas que hace de cañonero, y allá a donde apuntemos con el ratón (si usamos el stick se realiza de otra manera) llegarán los disparos.
También hay puzles que van desde encontrar a un enemigo que pueda servirnos para abrir camino, hasta cómo llevar una nube hasta una zona para que descargue donde nos interesa. Y también existe interacción con otros personajes, enemigos más grandes, etc.
Visualmente es una maravilla, con gráficos animados de una manera espectacular, con personajes entrañables, y sobre todo con escenarios que dan la ilusión de parajes sorprendentes que deben ser explorados. No será extraño que en una zona, en vez de buscar avanzar hasta la siguiente, queramos ver todo lo que nos ofrece.
OwlBoy es, posiblemente, el mejor juego independiente que vamos a tener en lo que queda de año. Si consiguen que salga antes de diciembre, claro está. Podéis probarlo aquí.
Wow! 😀