Actualmente, es más que normal encontrar en el catálogo de las consolas de videojuegos diferentes títulos de plataformas en 2D. La corriente retro y las virtudes en jugabilidad que tiene esta perspectiva para dicho género, hacen que sea el principal formato en el que nos encontramos este tipo de juegos. Pero, aunque ahora parezca mentira, hubo una época no muy lejana en la que los plataformas bidimensionales quedaron al borde de la extinción. A mediados de los 90 la fiebre del 3D llegó a los videojuegos, en buena parte por culpa del PC y la salida de la consola PlayStation, la cual cambiaría la forma de ver los videojuegos para siempre. A partir de ahí, la obsesión de toda compañía era la de embutir a su personaje como fuese en un entorno tridimensional, llegando a su punto álgido con el lanzamiento de Mario 64.
Pero como si de la aldea de Astérix se tratara, había un pequeño personaje que resistía ferozmente al invasor. En medio de toda esta vorágine, Ubisoft lanzó al mercado en 1995 Rayman, un videojuego de plataformas con un corte bidimensional clásico que iba muy en contra de las corrientes del momento. Rayman fue concebido originalmente para Atari Jaguar pero, por suerte para su futuro, finalmente se concibieron versiones para PC, SEGA Saturn y PlayStation que lo llevarían al éxito internacional, superando en su momento a auténticos superventas como Gran Turismo o Tomb Raider II.
Rayman es una curiosa criatura cuyas extremidades no se encuentran pegadas a su cuerpo y con un flequillo rubio imposible. Él vive en un mundo que se caracteriza por el colorido, la paz y la armonía gracias al equilibrio que proporciona el Gran Protón. Pero siempre hay alguien dispuesto a quebrar dicha paz y, en este caso, se trata del villano Mr. Dark, que tras derrotar al hada Betilla secuestra al Gran Protón. Al faltar éste, los electrones pierden su equilibrio y se esparcen por todo el mundo, siendo capturados por los secuaces de Mr. Dark. De esta manera, la misión de Rayman será la de ir liberando a los distintos electrones para finalmente encaminarse al Castillo de los Dulces donde habita Mr. Dark.
Como ya hemos destacado, Rayman es un plataformas clásico en 2D con vista lateral. De hecho, hereda muchos elementos en su jugabilidad de plataformas clásicos: puede saltar sobre los enemigos como haría Mario, recoge esferas azules que pierde al ser herido de forma similar a Sonic, etc. Otras habilidades vienen proporcionadas por el hecho de no tener las extremidades pegadas al cuerpo, gracias a lo cual puede lanzar los puños contra sus enemigos, agarrarse a sitios lejanos, o usar su pelo a modo de helices de helicóptero, entre otras habilidades de todo tipo que el hada Betilla le va concediendo según avanzamos en el juego.
A veces la sencillez es la clave del éxito y, con este planteamiento tan simple, lo cierto es que Rayman es uno de los plataformas más divertidos que ha visto una videoconsola. Los distintos poderes que va adquiriendo el personaje evitan la posible monotonía en la que podría caer debido a su planteamiento sencillo y los cinco mundos de los que consta el juego son realmente disfrutables, amén de ciertos niveles desbloqueables.
Que Rayman fuera un videojuego de corte clásico no significaba que no estuviese a la altura. Gráficamente es un videojuego muy completo, con un diseño de niveles y personajes muy acertados, que de hecho fueron rescatados en posteriores entregas. En el apartado sonoro tampoco se escatimaron gastos y para el personaje principal se contó con David Gasman, un actor de doblaje que por aquella época tenía un amplio currículo en anuncios televisivos.
El éxito sorprendería incluso a sus propios creadores y se lanzarían todo tipo de productos derivados, de los cuales destacó una serie de juegos educativos. La secuela se hizo esperar hasta 1999 con Rayman 2: The Great Escape y finalmente sucumbió al 3D, estableciéndose de forma general en la saga principal, e incluso fue perdiendo poco a poco la popularidad en favor del spin-off Rayman Raving Rabbids.
Durante mucho tiempo se consideró al Rayman original como el último gran plataformas en 2D, pero es algo que cambió en 2011 con Rayman Origins volviendo a su original 2D y al éxito (manteniendo esa perspectiva en el reciente Rayman Legends).
Me sigue pareciendo más bonito el original, pero tengo ganas de probar los nuevos que todo el mundo habla bien de ellos : )
Los nuevos son muy buenos, precisamente por lo que indico que vuelven al espíritu original. Lo que sí es cierto es que el aspecto del original era impecable, con unos sprites enormes y muy bien diseñados.