Call of Cthulhu: Dark Corners on Earth, buenas intenciones

H.P. Lovecraft, qué escritor, qué mitología concibió su prodigiosa mente, y qué fuente de material para millones de creadores de obras de terror. Sus dioses primigenios originales son variados, siendo el más conocido por el gran público nuestro «querido» y «bienamado» Cthulhu. Este alienígena fue concebido como una suerte de molusco gigante pero de cuerpo en absoluto blando, ha aterrorizado a multitud de generaciones de lectores y las novelas de su ciclo han sido adaptadas, o han servido de inspiración, a múltiples productos audiovisuales entre los cuales se cuentan los videojuegos.

No es difícil que nos vengan a la mente títulos que sean influenciados por la obra del escritor de Providence y creador de términos como Necronomicón, algunos de forma velada como el primer Alone in the Dark o Eternal Darkness, y otros directamente como las aventuras gráficas Shadow of the Comet y su secuela espiritual Prisoner of Ice, o la aventura en primera persona en la que se centra esta crítica.

He visto cosas… que han hecho mella en mi cordura

En Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth conocemos a nuestro avatar completamente desequilibrado en una habitación acolchada antes de volver en un flashback al origen de nuestra perdición, cuando nos han llamado para entrar en la sede de una secta para investigarla. Las revelaciones de este primer episodio, que hace la función de tutorial, marcan a nuestro personaje antes de enviarlo a desarrollar el grueso de la trama en Innsmouth a investigar una desaparición en extrañas circunstancias de un habitante no originario de la población, una trama que bebe de toda la mitología conocida para hilvanar un argumento con tramos absolutamente brillantes.

Sin embargo la historia de nuestro protagonista, Jack Walters, cuenta con un enemigo que no tiene nada que ver con el guión del título, cuyo relato sería una delicia de ser leído y cuenta con pasajes de suspense, terror y acción muy bien resueltos que el juego se encarga de dilapidar con un diseño de la aventura bastante decepcionante. Pero no adelantemos acontecimientos.

Dark Corners of the Earth no es un mal juego en absoluto y, es más, pese a sus arcaicos gráficos y el molesto filtro de ruído visual al estilo de Silent Hill consigue crear una atmósfera que sólo se he visto igualada en los más recientes Penumbra y Amnesia, una que atrapa al jugador y consigue hacer sentir la tensión del sufrimiento de nuestro personaje.

A esta sensación ayuda el no tener información en pantalla de nuestro estado de salud, ni nuestro nivel de cordura, ya que ambos estados se muestran con efectos gráficos y sonoros, y que la curación no sea instantánea. Si tenemos una hemorragia nuestro personaje perderá cierto tiempo cortándola con un vendaje. Estas virtudes, junto a la indefensión del personaje en muchos momentos, harán que nuestro estado nervioso se dispare, alcanzando como clímax las continuadas escenas en las que se nos exige sigilo. El problema es que esta cúspide de tensión se alcanza al finalizar la primera mitad del juego.

Los problemas de no tener claro el género

Cuando comenzamos a controlar a Jack el sistema de juego nos deja claro que no estamos ante un juego más de acción en primera persona. Es más, si tuviera que encasillarlo (algo bastante complicado en este caso) tal vez optaría más por ubicarlo entre las aventuras gráficas, con algún toque de sigilo. Los acertijos no escasean, ya sea bajo presión o con tiempo para reflexionar, y en general están bastante bien diseñados, sin ser exageradamente complicados para evitar atascos frecuentes.

Por desgracia, llegados a cierto punto, el juego cambia el paso e introduce en la ecuación las armas de fuego. A partir de ese momento, pese a que el argumento sigue mejorando poco a poco, el apartado jugable cae en picado. Lo que antes era tensión y terror a ser descubierto ahora es enfrentamiento directo mal resuelto, el paso de sigilo a confrontación es brusco y rompe con toda la ambientación que cuidadosamente se había creado con calma y un ritmo perfectamente medido.

Posteriormente, y durante un breve espacio de tiempo, el juego trata de volver a sus virtudes con otro gran momento para el jugador ávido de disfrutar de una aventura de terror pero por desgracia esa sensación de irregularidad permanece con nosotros, dejando un poso agridulce tras el desenlace.

Cerca de ser el juego de Lovecraft definitivo

Si alguien se acerca como un desconocedor de los mitos de Cthulhu a este Dark Corners of the Earth es posible disfrutar del arranque terrorífico y de la recta final irregular junto a la gran historia de terror, que además puede servir de nexo para comenzar a interesarse por el universo terrorífico creado por Howard Phillips Lovecraft. Sin embargo, y pese a que el guion es una parte fundamental, si el diseño del apartado jugable no acompaña el producto se queda cojo y es lo que ocurre en la segunda mitad de este título. Es una lástima, ya que durante las primeras seis primeras horas de juego Dark Corners of the Earth es un referente de cómo desasosegar a un jugador, mantenerlo en tensión y hacérselo pasar mal, pero una serie de malas decisiones, tal vez buscando orientar el juego hacia un estilo más comercial y aceptado, lastran el desenlace y el recuerdo que deja en el jugador.

De todas formas, hablamos de una correctísima traslación del universo de Lovecraft al videojuego, que debería ser tomada como base para cada título que se vaya a crear al amparo de los Mitos de Cthulhu.

  1. Me ha gustado mucho tu artículo; justamente coincido en cuanto a la «curva» que comentas. A partir de cuando recibes tu primer arma el juego se transforma totalmente, aunque no me atrevería a decir que la jugabilidad es «mediocre». Call of C’thulhu tiene cosas tremendas y unos puzzles muy dignos. En mi opinión es un referente de las aventuras en primera persona.

    Lo mejor, la escena de la habitación del hotel; tal cual el relato de Lovecraft «La Sombra sobre Insmouth». Recomiendo leer el relato antes de jugar. Os aconsejo este juego si no lo habéis catado.

    Saludos.

  2. Gracias por el comentario :).

    A mi parecer desde el momento en que aparecen las armas de fuego el juego cae en picado y sin frenos, todas las virtudes que le estaba viendo desaparecen, y el gunplay es bastante deficiente.

    Respecto a la habitación del hotel… se me ponen los pelos de punta cada vez que la recuerdo. Uno de los momentos de más tensión que he pasado ante la pantalla de un PC.

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