En todos los grupos de amigos siempre podemos encontrar al típico chaval feo, ese sin nada especial del que incluso mucha gente se ríe, pero que cuando llega la noche se lleva a la chica más guapa. Te quedas con cara de tonto, no entiendes nada, pero ha ocurrido y no es la primera vez. En ocasiones esto también ocurre en el mundo de los videojuegos: resulta que tenemos una obra gráficamente horrenda; con un apartado musical, si no molesto, sí extremadamente repetitivo; un control que impide que el jugador esté cómodo a los mandos en todo momento; y, sin embargo, es capaz de meterse directamente entre los juegos favoritos del jugador por el desarrollo que ofrece, la historia que cuenta y el carisma que derrocha.
Vamos a comenzar un ciclo de críticas de juegos de terror analizando uno de los títulos de culto de la presente generación: Deadly Premonition.
Welcome to Greenvale
Recordad este nombre: Francis York Morgan (Please, call me York), porque en el momento que lo conozcáis quedaréis atrapados por él. York es un agente del FBI que se dirige al pacífico pueblo Greenvale a investigar un asesinato que al parecer puede estar relacionado con una serie de crímenes rituales cuyas indagaciones llevaba la agencia americana. En un principio, iba a ser una investigación rutinaria en la que York (junto a Zach, un ser con el que tiene conversaciones muy asiduamente) recogería pruebas y volvería a la central para relacionar los crímenes y así alcanzar al culpable, pero la aparición de un malvado asesino armado con un hacha enorme y vestido con un chubasquero rojo hace presagiar que las cosas no iban a ser tan sencillas como se aventuraban.
Como ya he comentado, decir que técnicamente este juego es un desastre es hacerle un favor pero gracias al argumento que se desarrolla a partir de la sinopsis anterior consiguió que olvidara todos sus defectos. Los chicos de Access Game, con Hidekata Suehiro (Swery) a la cabeza, han creado una ambientación opresiva e hilaron un argumento repleto de intriga, terror y humor que es capaz de romper el muro de prejuicios más robusto que os podáis encontrar. Todos los personajes tienen un carácter perfectamente definido y son consecuentes con él, presentan una personalidad de la que carecen sus desafortunados modelados y animaciones, tocando, además, temas que suelen ser tabúes en este sector. Greenvale derrocha vida por todas sus coordenadas y, por poco que nos dejemos llevar, acabaremos inmersos en este homenaje al género Survival Horror que es Deadly Premonition.
Tomando prestadas ideas de los mejores
No es difícil adivinar que los chicos de Access Games son apasionados del terror. Más allá de las conversaciones con diferentes menciones repletas de conocimiento de títulos cinematográficos de serie B, las influencias de Silent Hill y Clock Tower son muy marcadas en el desarrollo de nuestra pesadilla. El uso de un mundo paralelo, momentos de huida o secundarios desequilibrados, todos estos ingredientes están en el juego y funcionan exactamente igual de bien que en los juegos en los que están basados. Pero, para no quedarse anclados en la copia, se dio un paso más, y es que durante más o menos el 50% de los capítulos del juego podremos vagar por toda la población –como si de un GTA se tratase– efectuando misiones secundarias que nos ayudarán a hacer una radiografía más clara de la población conociendo sus costumbres, sus virtudes, sus defectos y sus excentricidades.
Todo cambia cuando encaramos las misiones principales, donde siempre prima la exploración y los acertijos antes que el combate ¡y menos mal! porque abatir enemigos es extremadamente incómodo en este juego. Pese a adaptar un sistema de control similar al Resident Evil 4 (es decir, apuntar con un arma de fuego clava tus pies al suelo) la sensibilidad con el analógico es horrible y sufriremos si queremos hacer un tiro rápido y preciso. Afortunadamente, no suele ser necesario. Aunque lo que sí que es necesario sufrir son unos QTE incómodos y realmente mal planteados en ocasiones.
Sin argumentos
En estas líneas, siendo objetivo, debería estar descuartizando al juego. Gráficamente está muy lejos de la calidad de juegos de Playstation 2, tiene un control incomodísimo, técnicamente no hay por donde coger a este producto y, sin embargo, no puedo dejarlo mal. Me es imposible argumentar que tiene poca calidad una obra que me tuvo hipnotizado las casi veintidós horas que estuve jugando, su recta final me tuvo más en tensión que muchos juegos mejor acabados y con un gran argumento, cuando tras finalizar el juego y despedirme de York –y de su inseparable Zach– los sigo teniendo en la cabeza como uno de los personajes jugables a los que más cariño he cogido controlándolo.
He empatizado con todos y cada uno de los feos pobladores de Greenvale, me he sentido parte de ese pueblo, he sufrido por su destino y he estado absolutamente inmerso en esa atmósfera retorcida que Swery ha creado para mí. Deadly Premonition es el feo del catálogo, ese juego del que todos se ríen por su acabado pero que cuando se acerca a ti, te habla, y te enseña su fascinante historia, termina logrando que te enamores perdidamente de él, y llegados a ese punto ya eres una nueva víctima de Deadly Premonition.