Como ya os he dicho en alguna ocasión, uno de mis estudios fetiches es WayForward Technologies. No sólo porque sean valencianos (de California) o porque hiciesen mi juego favorito de 2011 (Shantae: Risky’s Revenge), sino porque casi cualquier juego que ha salido de sus hábiles manos ha sido bueno o muy bueno. Ya hicimos repaso hace un par de años, y desde entonces nos han sorprendido con maravillas como Aliens Infestation, Double Dragon Neon, Thor, Adventure Time: Hey Ice King! o el futuro remake de DuckTales (Patoaventuras).
Pero, de vez en cuando se les escapan algún juego que otro que no acaba de satisfacer al personal. Si bien la mayor parte del público no se quedó muy a gusto con su entrega de Silent Hill para Playstation Vita, a mi personalmente me falló algo el primer Mighty Switch Force. Y no es que fuese malo, es que me parecía que el talento de WayForward no había sido puesto a prueba como en anteriores ocasiones. No se si yo tendré razón o no, porque la crítica fue muy benévola con este juego, y además ha aparecido una versión HD para Wii U como «premiando» este título, pero lo cierto es que cuando me acerqué a este Mighty Switch Force 2 me temía lo peor… y no sabéis como me alegra cuando me equivoco.
Esta segunda entrega coge lo mejor de la anterior parte, esto es, un diseño de niveles a prueba de bombas, y además de mejorarlo, consigue superar todos los pequeños defectos que tenía. Esto no quiere decir que ahora tengamos una intro decente, un hilo conductor entre fases y un final satisfactorio. No, sigue teniendo ese sabor añejísimo que hace que si no te has leído las instrucciones ni te enteres de que va la historia. Pero a decir verdad, tampoco importa mucho.
En esta ocasión nuestra querida Patricia Wagon cambia la policía por luchar contra el fuego, y para ello lleva incorporada una manguera que le permite lanzar agua a discreción. Este cambio de pistola a manguera es bastante importante, ya que la cantidad de mecánicas que permite es muy superior a lo visto en su anterior entrega. Por ejemplo, el primer uso que nos permite la manguera es apagar fuegos. Vemos un fuego, le tiramos el chorro de agua, y desaparece. Algunos son mas grandes y cuestan un poco más, e incluso se pueden avivar. El segundo, como la pistola anteriormente, es acabar con los enemigos. Hay cierta variedad de enemigos, muchos heredados de la primera parte. También sirve para romper determinados bloques, pero ahora además el agua se puede colar dentro de unas tuberías, que gracias a la habilidad de hacer aparecer o desaparecer cosas (en dos planos distintos), podemos provocar que llegue a unos u otros sitios. Resumiendo, la nueva habilidad puede implicar el empujar enemigos, acabar con ellos o hacer desaparecer bloques, entre otras opciones.
Y con esto y la habilidad que da nombre al juego (el Swich, que implica que determinados bloques están en pantalla o no según lo que hagamos), mas su soberbio diseño de niveles, tenemos un juego de los que crea afición, atrae masas y vende consolas.
Si a esto le añadimos una música de lo mejor que he oído en los últimos meses, y un aspecto gráfico marca de la casa (repleto de sprites bien rematados), además de multitud de secretos y detalles, nos encontramos con uno de los mejores juegos en dos dimensiones y más directos desde hace mucho tiempo. Eso si, es algo difícil, sobre todo en niveles superiores, pero creo que eso no debería ser ninguna pega.
Que buena pinta, a ver si puedo jugarlo algún día. Y al Shantae tb…