Tras el sorprendente éxito a nivel internacional de Little Big Adventure, del que ya realizamos una crítica hace unos cuantos meses, Adeline Software no tuvo ninguna duda en explotar su particular gallina de los huevos de oro. Con un gran apoyo internacional en la distribución, y un mayor presupuesto, la compañía gala estaba dispuesta a repetir la experiencia de jugabilidad y argumento, pero con una mejora técnica importante. De esta manera, en Mayo de 1997 Electronic Arts lanzaría en Europa Little Big Adventure 2: Twinsen’s Oddysey. Tres meses más tarde Activision haría lo propio para Norteamérica y en la campaña de Navidad llegaría a Asia de la mano de Virgin Interactive.

La nueva historia vuelve a emplazarnos en Twunsen, patria de Twinsen, el cual está tomando un merecido descanso junto a su mujer Zoe y su recién nacido bebé. Pero la paz de su tierra se ve interrumpida por una horrible tormenta, que termina lanzando un rayo al jardín de Zoe, hiriendo gravemente a su mascota, el Dino-Fly. Su única oportunidad será ir hasta la isla desierta para que le formen como mago y pueda curarlo. Pero la salud de Dino-Fly no será su única misión, ya que una serie de extrañas criaturas aparecidas tras la tormenta, amenazan de nuevo la vida de los habitantes de Twunsen.

Como podéis intuir del argumento, el juego guarda muchas similitudes respecto al primero: recorrer diversas localizaciones en busca de diversos elementos y personajes que nos hagan avanzar en nuestra aventura, exploración. Aunque en este punto se encuentra la principal novedad respecto al anterior título, la cual aunque funcionaba bien en interiores, adolecía de falta de profundidad en los exteriores. En la primera entrega, muchas zonas de la isla no eran alcanzables y muchos de los desplazamientos se simplificaban con medios de transporte rápido. En Little Big Adventure 2 contamos con la ayuda de un holomapa que simplifica los desplazamientos y que permite que no sea necesario el uso de vehículos que se mueven automáticamente, además los que aparecen son manejados de forma interactiva.

Por otro lado, ese cambio en el exterior también afecta en su aspecto gráficos. Mientras que en las escenas interiores se sigue conservando la perspectiva isométrica de su predecesor fuera de éstas tenemos un entorno totalmente diseñado en 3D, donde podremos mover la cámara a nuestro gusto y los distintos elementos interactivos son polígonos renderizados. Aunque esto en sí no deja de representar una mejora, es cierto que resulta algo chocante el cambio gráfico de un tipo de escena a otra.

Respecto a la mecánica, se conserva la esencia del primer juego con diversas mejoras. Se mantienen los cuatro estados básicos de nuestro personaje: normal, agresivo, deportivo y discreto; aunque se añaden movimientos propios de cada estado como el salto en el deportivo o el uso de armas en el agresivo. Por lo demás, la jugabilidad es prácticamente idéntica con su mítica mezcla entre el RPG, la aventura y la acción. El juego cosechó críticas incluso mejores que la primera entrega, destacando la nota máxima que le impuso Computer Gaming World. Sin embargo, estuvo lejos de ser un superventas. A pesar del éxito de la primera entrega seguía sin tener una mecánica atrayente de cara al gran público y, en esta ocasión, el título no se movió de los PC. Una pena, puesto que era bastante adaptable a las consolas como se demostró en la primera entrega y, probablemente, hubiese ayudado a un mayor numero de unidades vendidas y a que la saga fuera más allá.

No obstante, la ventaja que tiene Little Big Adventure 2 visto con ojos de hoy en día es lo bien que ha envejecido. El título es totalmente jugable para cualquier aficionado de las aventuras y podría funcionar estupendamente en, por ejemplo, alguna de las consolas portátiles que se encuentran actualmente en el mercado. Los que disfrutaron con la primera parte tienen una cita ineludible con esta entrega.