Son muchos los ejemplos de videojuegos que salen en consolas de sobremesa y que, gracias a su éxito, terminan teniendo secuelas en las portátiles de la misma compañía aprovechando el tirón. Más rara es la situación contraria, un videojuego de portátil que pase a tener secuelas en sobremesa y Gargoyle’s Quest es una de estas rara avis. El lanzamiento original de Gargoyle’s Quest fue en Mayo de 1990 para Game Boy y resultó ser uno de los superventas del año. El éxito fue tal, que Nintendo lanzó una secuela en Julio de 1992 pero, en esta ocasión fue para la NES. Para terminar de enrevesar la historia de esta saga, una tercera entrega apareció en 1994 para Super Nintendo bajo el título de Demon’s Crest.

Por si esta curiosidad no fuese suficiente, Gargoyle’s Quest tiene una relación muy especial con otro título, ya que en realidad se trata de un spin off del clásico Ghosts ‘n Goblins. Esto no tendría nada de especial sino fuera porque el rol protagonista del juego lo toma uno de los personajes que era un enemigo en el juego original de Capcom, Firebrand, una de las gárgolas rojas que aparecían en el original Ghosts ‘n Goblins. De hecho, el productor del juego, Tokuro Fujiwara fue el director del videojuego original.

El juego nos sitúa en la región de Ghoul, lugar donde tiempo atrás pudieron frenar el ataque de los Destructores del Rey Breager, gracias a la aparición de una poderosa gárgola conocida como Resplandor Rojo. De nuevo, Breager intenta atacar con sus demonios la región de Ghoul y Firebrand está predestinado a ser el nuevo Resplandor Rojo. Bajo esta simple premisa, Capcom nos presenta un videojuego que mezcla los géneros de plataformas y rol en lo que fue un verdadero título innovador para la portátil de Nintendo.

De esta manera, el juego se nos presenta desde dos perspectivas diferentes. Por una parte, tenemos la parte de rol que tiene la típica perspectiva cenital de los juegos de Nintendo de este género. En esta parte del juego podremos movernos por la región de Ghoul para poder hablar con sus distintos habitantes y conseguir la información necesaria para conseguir llevar nuestra aventura a buen fin, así como conseguir distintas mejoras para nuestro personaje.

La otra perspectiva nos muestra un plataformas bidimensional clásico, muy similar a la de Ghosts ‘n Goblins, pero con las características propias del nuevo protagonista para acabar con los distintos enemigos que se nos crucen y los jefes que enfrentaremos al final de cada fase. Así, Firebrand puede saltar, volar, escalar muros y lanzar proyectiles, todo ello condicionado por lo que hayamos recolectado en la zona de RPG. Todas estas habilidades de la gárgola hacen muy variada a la mecánica de juego, pero también rebajan bastante la dificultad, ya que nos encontramos con los mismos tipos de enemigos que en juegos similares pero con un héroe con muchas más habilidades.

Esta mixtura de géneros resultaba muy atractiva en un primer momento, pero al poco tiempo de jugar nos damos cuenta de que el fuerte del juego se encuentra de nuevo en la zona de plataformas. De hecho, ésta es la más destacable técnicamente, con animaciones a la altura de los mejores plataformas de su década y con un aspecto muy bueno teniendo en cuenta que nos encontramos con un hardware limitado como era el de Game Boy. La banda sonora también destaca dentro del catálogo de la consola, es obra de los compositores Harumi Fujita y Yoko Shimomura.

Gargoyle’s Quest es uno de los videojuegos imprescindibles de Game Boy, no solo por lo adictivo de su jugabilidad gracias a la gran cantidad de habilidades que se implementaron a su protagonista, sino también porque fue un título que demostró las capacidades de la portátil de Nintendo al poco tiempo de su lanzamiento y que, a buen seguro, sirvió de guía para futuros lanzamientos.