La denominación del juego que hoy nos ocupa es una tarea nada fácil de explicar, y sufrió los habituales e incomprensibles líos al pasar de unos mercados a otros. El juego, obra de la conocida compañía nipona Data East, se llamó en el país del Sol Naciente Dark Seal II, ya que era una secuela directa de Dark Seal. En EEUU, Dark Seal fue denominado como Gate of Doom, pero la secuela llegó a los salones recreativos bajo el nombre de Wizard Fire sin que se estableciera ninguna relación directa con su predecesor. El lío termina de hacerse patente si consultamos los archivos de Data East, donde si encontraremos el nombre de Gate of Doom II.
Más allá de este atropello a la lingüística y al sentido común, Wizard Fire es un excelente Action-RPG que Data East llevó al mercado en 1992. El título pretendía mejorar diversos aspectos de Gate of Doom, aunque basándose en el mismo sistema de juego que tan buenos resultados le había dado en el pasado.
La historia nos emplaza en el año 355 en la Galia, donde todo estaba transcurriendo con total tranquilidad hasta que un gran mal se levantó para desafiar a los cuatro héroes elegidos por la profecía para proteger su imperio. Nuestros protagonistas tendrán que luchar contra los secuaces del Hechicero Oscuro, el cual está creando un ejército de zombis. La misión será acabar con el Hechicero antes de que pueda llevar a cabo su plan maligno en el Santuario del Dragón, donde podría crear un ejército invencible de no-muertos.
Frente a los cuatro héroes que ofrecía Gate of Doom, Wizard Fire nos ofrecerá cinco personajes a manejar: bardo, caballero, elfo, mago y enano. Cada uno de los personajes cuenta con un tipo de ataque estándar, un poder mágico y una habilidad pasiva. Como es de esperar, el mago es el que tiene los mayores poderes de hechicero, el bardo es resistente al veneno, el caballero inmune a la enfermedad, el elfo el más veloz, y el enano es el más resistente contra el poder de la confusión.
Data East vuelve a apostar por una perspectiva isométrica para el desarrollo del juego que, aunque se adapta muy bien a la mecánica, nos dará más de una mala sorpresa para conseguir ubicarnos en el escenario. Los niveles comienzan con diversas olas de no-muertos que no dudarán en atacarnos, ya sea de forma física como con hechizos de enfermedad, veneno o confusión, que nos afectarán más o menos dependiendo de nuestro personaje.
Según vayamos acabando con enemigos, nuestra barra de poder mágico ira aumentando. Al lado de ésta, se encuentra nuestro libro de hechizos que irá pasando páginas continuamente, mostrando un hechizo distinto cada cierto tiempo y que será el que se ejecute si invocamos en ese preciso instante. Cada hechizo viene representado por un dibujo (un rayo, un pentáculo, etc…) e incluso habrá instantes en los que aparezca un interrogante. Si invocamos en ese instante, el hechizo puede ser aleatorio pudiendo ser un ataque como el rayo, convertirnos en un cofre que vaya soltando objetos o simplemente convertirnos en un cerdo.
En nuestra aventura también iremos recogiendo diversos objetos como armaduras o puños que modificarán las características de ataque o resistencia de nuestro personaje. Todas estas mejoras nos servirán para el enfrentamiento al final de cada nivel con un monstruo más poderoso, que requerirá de toda nuestra habilidad y poder mágico.
Wizard Fire es un divertido juego de acción pero que cuenta con una dificultad extrema. Para un jugador novato es casi imposible acabar de primeras el primer nivel y os puedo asegurar que es realmente corto. En modo cooperativo de dos jugadores el reto es más llevadero pero aún así sigue siendo una máquina que en su momento fue un «devora-ahorros» de la muchachada.
En el apartado técnico se puede ver claramente como la gente de Data East tomó las buenas ideas de Gate of Doom y, simplemente, mejoró su aspecto. Los sprites son grandes y variados, con grandes influencias de obras del estilo de Tolkien o de otros videojuegos como Golden Axe. La banda sonora es aceptable, pero marcada por el cliché japonés de los videojuegos de la época.
Teniendo en cuenta que es una secuela, no podemos decir que Wizard Fire fuese totalmente original, pero siempre es un soplo de aire fresco encontrarse de vez en cuando un videojuego de acción con perspectiva isométrica frente al estándar bidimensional clásico de finales de los 80 y principio de los 90.