El «género» de los simulation games es bastante popular en Japón, donde algunos de los juegos que más copias venden anualmente pertenecen a este tipo, pero en Occidente es bastante extraño encontrarnos con algo así. Y si dejamos de lado aquellos que tienen añadidos, como la gestión de Harvest Moon o la estrategia de Sakura Wars, apenas veremos juegos de esta clase.
Toparse con un título como Cherry Tree High Comedy Club (de ahora en adelante CTHCC) y ver como ha conseguido dar el salto es motivo de alegría, aunque sólo sea por ver que se ha roto un poco más el muro que impide a esas aguas llegar a estas tierras, una barrera que posiblemente quedará rota definitivamente el día que se edite por aquí un título con un presupuesto decente como Tokimeki Memorial. Ver que Nyu Media traía, localizado al inglés, una curiosidad como ésta nos acerca un poquito más a ese momento.
Sin llegar a solucionar las carencias o problemas de los simulation games, lo cierto es que el título goza de virtudes suficientes como para ofrecer más razones por las que alegrarse que su mera llegada. En CTHCC manejamos a Miley Verisse, una alocada joven que tiene como objetivo vital montar un «Club de la Comedia» en su instituto, y para conseguirlo tiene que convencer a tres personas de que se apunten con ella antes de que pase el tiempo límite de seis semanas. Los clubs de instituto son una de las premisas argumentales habituales del cómic japonés, sin embargo el concepto pierde mucha fuerza cuando la editora decide reambientar el título en Estados Unidos, cambiando en el proceso todos los nombres, las localizaciones, y las inquietudes de los personajes.
El juego, por así decirlo, se maneja de un modo similar a las clásicas videoaventuras de los 8 bits. Desde los clásicos del Spectrum al olvidado Girl’s Garden (en cuyo desarrollo participó Yuji Naka y que fue el principal precursor de este subgénero), pasando por joyas para videoconsola como Alex Kidd in High Tech World, la mecánica apenas ha variado. Durante cada día podemos movernos a lo largo de todo el instituto Cherry Tree, dividido en diferentes espacios. En cada zona podemos movernos libremente para interactuar con todos los elementos que encontremos y que se vean marcados en la pantalla.
Pero no todo es alegría y diversión, también debemos cumplir con nuestras obligaciones como estudiantes, incluso es necesario trabajar para ganar dinero que invertir en elementos para culturizarnos y poder entablar conversaciones con los otros posibles miembros de nuestro club. Una actividad esencial, puesto que cada potencial compañero tiene unas inquietudes distintas. Y por supuesto es imprescindible descansar al final de cada día para no agotar las fuerzas de nuestra protagonista.
El juego es de origen muy humilde y se nota. Es una de las últimas obras del colectivo de aficionados japonés atelier773, pero pese a ello su nivel gráfico sin alardes es cuanto menos agradable, incluso con la resolución realmente baja con la que se muestran los gráficos. No podemos decir lo mismo de los textos, que a pesar de ser simpáticos, no son ningún dechado de virtuosismo. Es cierto que cumplen pero en este caso la localización ha hecho muy poco bien por el guión. Esperemos que Nyu Media o Capcom (el verdadero culpable) tomen nota de ésto y que la próxima vez no hagan experimentos con gaseosa.
CTHCC es un juego recomendable para los que hayan catado el subgénero antes y lo echen de menos. No deja de ser gracioso, agradable, y original si lo comparamos con la mayoría de títulos de este tipo que hay en el mercado, pero su origen humilde resulta demasiado evidente como para acercarse a él sin tenerlo en cuenta.