Más allá de las florituras y los adornos, de demostraciones de gráficos y sonido, existe algo que debería estar por encima de todas las demás características y que debería estarlo desde la propia génesis de los videojuegos, la diversión. Demiurge Studios, autores del port a PC de Mass Effect y del modo Arena de Borderlands, nos regalan una pieza de simple y directo entretenimiento.
La receta para Shoot Many Robots es la siguiente: en una licuadora vertemos una pizca de la estética de Team Fortress 2 y Borderlands, algo de aroma a Metal Slug, y lo aderezamos todo con un buen chorro de música rock. Como no, añadimos también un buen cliché, el clásico protagonista paleto estadounidense y ya estamos preparados. Encendemos la máquina y usamos un tornillo para remover la mezcla resultante mientras espolvoreamos ligeros toques de RPG. Como ya imaginaréis el juego hace gala a su nombre y en realidad no da mucho más de lo que nombra en su título, nivel tras nivel de destrucción descontrolada de robots. Podemos equipar a nuestro protagonista con diversas armas, cascos y armaduras que compraremos con el dinero, o mas bien tuercas, que dejan caer los autómatas con los que vayamos acabando.
La sencillez es el componente principal de este juego, con muchos niveles similares pero que destilan espectacularidad, ademas de que existen caminos alternativos que podemos recorrer a nuestro gusto. Su ambientación es sucia y decadente, consistente factorías abandonadas, desfiladeros, chatarrerías, que van en consonancia con el tono general del juego y cumplen su papel a la perfección. A pesar de ello, un pequeño defecto, que tampoco es capital, es que costará distinguirlos los unos de los otros. Los enemigos que encontraremos en nuestro camino tampoco son de una gran variedad que digamos, ya que solamente hay siete diferentes. No obstante, las pantallas llegan a su culmen con unos jefes finales a la altura de lo esperado en estos casos: robots mas grandes, con mas mala leche, y con armas que harían palidecer a muchos ejércitos.
La parte jugable, que es la que al final queda como poso del cóctel, nos sitúa ante un plataformas con disparos de corte clásico que como variación simple incluye dos tipos de ataque, disparos y un ligero coqueteo con los beat ‘em up. Además de los disparos, donde podemos usar las armas que adquiramos en la tienda entre niveles, tenemos el ataque cuerpo a cuerpo que ademas sirve para devolver determinados proyectiles a nuestros enemigos, un último recurso que nos salvará el pellejo en mas de una ocasión. Ademas, como buen redneck nuestro avatar puede recuperar energía a base de lingotazos de licor barato, que podemos conseguir, de nuevo, masacrando robots o bien en los checkpoints repartidos por cada nivel.
En conjunto la obra de Demiurge es un arcade sin concesiones a pesar del tiznado tenue de RPG a base de subir niveles, un elemento incluido en un aparente intento de darle algo mas de profundad a un juego que no la necesita. Si la experiencia monojugador ya es de por si caótica, añadiendo varios jugadores a la mezcla el desorden aumenta en la misma proporción que la diversión. Incluso se defiende en partidas cortas, teniendo ademas el aliciente de contar con un sistema de clasificación de amigos multiplataforma (ya sea en Pc, 360 o Ps3) que añade el sano pique a la dinámica de juego. Un reto, el de superar a nuestros amigos, imprescindible ya que no nos resultará muy complicado avanzar en el juego, pese a momentos puntuales por saturación de enemigos que solventaremos con un poco de maña y tino.
La propuesta que nos ofrece Shoot Many Robots es dejar a un lado por un rato las decisiones morales, los diálogos recargados, y las tramas complejas, dedicándonos al viejo arte de amasar dinero, puntos y escuchar los gritos de dolor de nuestros enemigos (crujidos de metal en este caso). Repetitivo, quizá, pero también endiabladamente divertido, que al final es lo que cuenta, no todo va a ser salvar a una raza, la galaxia o a una dichosa princesa.