Es curioso ver casos como el de Captain Cat. El juego está realmente bien (me encanta empezar los artículos por el final), y su equipo de desarrollo lo tiene todo para triunfar, pero a día de hoy he visto poco movimiento o entusiasmo por un juego que si ha aparecido en el mercado, mientras que veo por doquier la nueva aventura de Rovio o el nuevo Tiny Wing (de los que no hay más que un teaser sin juego).
Todo esto es, una vez más, una muestra de lo separados que pueden estar los desarrolladores independientes con la prensa, incluso la llamada independiente. Os hablo de los independientes de verdad, los que se centran en el juego y no tienen recursos para marketing o relaciones públicas, a los que además les suelen quedar a miles de kilómetros de distancia. Porque Captain Cat es una sorpresa muy agradable creada por el equipo de desarrolladores donde se encuentra César Sampedro (Deadlight, Castlevania : Lords of Shadow, Heavy Rain, Motorstorm, y otros), César Botana (Deadlight, Zinkia y Pyro Studios) y David García, gente con mucha experiencia que sabe lo que hace a nivel de desarrollo. No son unos editores de juegos, y han sido lo suficientemente valientes como para salir así, a la aventura. Lo que, tristemente, parece que no se valora lo suficiente en determinados medios o sectores.
Captain Cat pertenece a ese tipo de juegos que exigen del jugador una cierta dosis de habilidad y estrategia a partes iguales para superar cada pantalla. En concreto, el modus operandi en esta ocasión consiste en conseguir llegar con el ancla hasta el pescado que está situado abajo del todo de la pantalla, consiguiendo en el trayecto la mayor cantidad de monedas y puntos, tardando el menor tiempo posible y con la menor cantidad de nudos que podamos. Una vez vista la pantalla, colocamos a nuestro entrañable gato (en serio, el personaje principal tiene bastante carisma) en posición, y lanzamos nuestra ancla. Para lanzarla, como si de un juego de atletismo se tratase, nuestra ancla va variando el grado de inclinación de manera visual y cuando tocamos la pantalla avanza hasta que levantemos el dedo de ésta, así hasta llegar a coger el pescado de cada pantalla o chocarnos contra alguno de los elementos dañinos, lo que obliga a empezar de nuevo. Además, conforme avance la partida se irán añadiendo nuevas posibilidades jugables, como «portales» que nos hacen aparecer en otros lugares, corrientes, burbujas, y un largo etcétera de sorpresas que, ciertamente, hacen el juego cada vez más entretenido.
El resultado final a nivel gráfico está bastante conseguido, siendo realmente simpático y, por así decirlo, enseñable. A nivel jugable es divertido, si bien es un pelín complicado para el público más casual, debido a la necesidad de tener que calcular bien donde se va a mover el ancla en cada momento. Cuenta con setenta pantallas de inicio mas una buena cantidad de extras.
En resumidas cuentas, es un buen juego para iPad que creemos que se merece más atención que la que está recibiendo y a todas luces un juego recomendable.
Aquí es donde se ve que una buena campaña de marketing a veces es mucho más efectiva que la calidad. Ojalá por el boca a boca se de a conocer más el juego.
Las dos cosas son importantes, de hecho, la primera campaña de marketing debe ser el propio juego.
Que rabia, ojalá que salga a flote!!!