Desarrollado originalmente en 1997, Spy Fox: Dry Cereal es un port con todas las de la ley de una pequeña aventura gráfica didáctica, infantil. En su época molaba, incluso acabó saliendo una segunda parte. Hoy en día sigue siendo interesante, sobre todo si queréis iniciar a algún pequeño de la casa en las aventuras tradicionales point & click.
Jugar es realmente sencillo. En líneas generales hablamos de una aventura gráfica con todas las de la ley, que combina con genialidad las cualidades de los libros de aprendizaje interactivos. El resultado no podría ser mejor, cualquier elemento que tocamos dispone de algún efecto gracioso para que los chavales se diviertan simplemente con pulsar sobre la pantalla. Para colmo, se agradece que no sea siempre el mismo, en algunos casos un mismo elemento tiene 3 o 4 reacciones distintas. Así pues, podremos interactuar con cientos de objetos, hablar con varios personajes secundarios, e incluso establecer contacto con una agencia de espías con guiños que en cierto modo recuerdan un poco a Mission: Impossible. En lo que respecta a los puzles, son facilones, aunque alguno del principio se les puede resistir pudiendo llegar a pedir nuestra ayuda en alguna ocasión. Por lo demás tan solo un error, debería tener más de un slot para guardar partida, por si dos chavales quieren compartir juego. Quizás en alguna futura actualización.
Gráficamente el título parece una serie de dibujos animados (pasada por un filtro VGA). Bien es cierto que los pixeles podrían haberse perfilado algo mejor para no mostrar unos cantos de sierra tan pronunciados, y que las animaciones son de tan solo unos pocos frames en cada personaje. No obstante, y al tratarse de un juego para los más pequeños de la casa, los anteriores errores se ven subsanados por la gran atención a los detalles de los elementos secundarios. Si tocamos un barril salta un pez, si entramos en una cabina de agente secreto tenemos un efecto para que se abran las puertas, las estrellas de mar nos esquivan y nuestros bolígrafos se convierten en todo tipo de accesorios… Cualquier elemento «palpable» tiene una animación específica, todo parece sacado de uno de esos cuentos interactivos que tan de moda están últimamente. Otro elemento a mejorar son los objetos del inventario, un tanto confusos.
El audio llega cargado de efectos para la gran cantidad de acciones posibles. Cualquier elemento pulsado tiene su sonido correspondiente, y de una calidad más que notable. Las voces de los personajes rematan una buena jugada que en última instancia cojea en las melodías. Podrían ser algo más llamativas y variadas. Es importante recordar que las voces nos llegan en perfecto inglés, por aquello de que a la vez que jueguen podrán aprender algo del idioma de Shakespeare.
Spy Fox: Dry Cereal mola. Su personaje es como un James Bond infantil muy gracioso, metido de lleno en un mundo realmente imaginativo y colorido. Su complejidad no es demasiado elevada, pero combinar la aventura tradicional point & click con un libro interactivo es una formula bastante atractiva. En definitiva, un título destinado puramente para chavales pequeños que se estén iniciando para que al mismo tiempo aprendan algo de inglés.