Ha quedado oficialmente abierta la veda de juegos flash en videoshock. Hay varias razones que me han llevado a empezar a escribir sobre este tipo de juegos, que por alguna razón no suelen tener representación en la mayoría de webs, a pesar de ofrecer dos claras ventajas:
– Al tratarse de desarrollos pequeños y poco costosos (en su mayoría), se pueden permitir experimentar con todo tipo de ideas bizarras, tanto jugables como estéticas, por lo que no es difícil encontrar una buena fuente de diversión e inspiración entre sus píxeles.
– La otra gran ventaja es que son juegos gratuitos que se pueden probar desde el navegador, por lo que el lector, si queda impresionado por mis líneas, o si simplemente siente una ligera punzada de curiosidad, no tiene más que clicar en el vínculo y poner a prueba mi juicio.
Y, sin más preámbulos, voy a comentaros cuatro cosas del juego que he escogido mencionar hoy, que ya toca.
Rocket Toilet 2. Un juego de un género aún sin catalogar, al que me gusta llamar «launchers«: Juegos de tirar cosas lo más lejos posible.
Un género en el que Yeti Sports fué pionero, y que ha sido coronado por verdaderas obras maestras de la diversión absurda como Homerun in Berzerk Land, Burrito Bison o Burrito Bison Revenge.
El juego que nos ocupa hoy no puede presumir de haber inventado la rueda, a pesar de haberse basado precisamente en ese invento para centrar en él su argumento (que frase más bien hilada y oportunamente rimada).
Se trata de un launcher más, que solo destaca por su estética, pero que ha conseguido llegarme al corazón por lo disparatado que puede llegar a ser. Me explico. El argumento es el siguiente:
En plena edad de piedra, unos sapiens aleatorios inventan la rueda. Eso inspira a nuestro protagonista para inventar el váter con ruedas montado en una catapulta. Tendremos que utilizar este peculiar artefacto para lanzar a nuestro héroe una y otra vez mientras recogemos dinero para comprar todo tipo de mejoras absurdas (como un propulsor que se activa al tirar de la cadena, o a una atractiva troglodita para que viaje sentada en nuestro regazo) hasta que consigamos comprar la mejora más cara, buscando mejoras que nos permitirá alcanzar velocidades supersónicas, desgarrar la barrera espacio-tiempo y proyectarnos, al mas puro estilo DeLorean, hacia la antigua grecia.
Durante el juego visitaremos varios emplazamientos temporales. La edad media, una especie de edad industrial, el futuro… en todos ellos encontraremos diferentes mejoras para comprar que no dejarán de sorprendernos durante los veinte minutos que pueda durar la partida.
Ya os adelanto que la jugabilidad de este juego tiene poco o nada de divertido, pero que aún y así, garantiza unas risas incrédulas al descubrir, una y otra vez, nuevas e hilarantes sorpresas salidas directamente de las retorcidas mentes de sus creadores. Mención especial para los efectos de sonido, tan sublimes como cutres.
Nada más por hoy. Os invito a que probéis semejante joya por vosotros mismos. No dudéis en dejar un comentario en este artículo con vuestra opinión, aunque sea para cagaros en mi criterio. (Cagaros, ¿lo pilláis?)
Me encanta leer estas cosas dsd el idem 🙂