Sabemos que ya está a la venta BlazBlue: Continuum Shift en las tiendas, pero queremos empezar hablando de esta primera parte de la saga BlazBlue. Y es que esta surge de las manos de Arc System Works (recordemos, formada por antiguos desarrolladores de SNK y Capcom) con la misión de superar a su antigua creación, Guilty Gear, de la que perdieron los derechos (a favor de Sega Sammy).

Un menú bonito y completo

Y esa misión no es baladí, porque el mentado Guilty Gear es uno de los más jugados en los arcades japoneses, junto con Virtua Fighter 5 y otras joyas. Así que han tenido que poner toda la carne en el asador, creando aparte del juego un programa de radio, una novela y varios productos de merchandising más para apoyar al juego y dar esa imagen de producto redondo.

Centrándonos en el juego en sí, nos encontramos que tenemos varios modos. El modo arcade (que básicamente es la recreativa que se encuentra en los salones de todo el mundo -pocos-, sobre todo los japoneses), el modo historia (realmente completo, donde según como juguemos y las decisiones que tomemos en los inter-combates veremos avanzar la historia de una manera u otra), el modo versus, el modo tutorial y el modo online. Vamos, en cuanto a modos está muy completo.

A veces, menos es más.

La segunda sorpresa, para los tiempos que corren, es el escaso número de luchadores: 12 (más cuatro versiones unlimited), como en los tiempos de Street Fighter 2 Champion Edition. Y la tercera es controlar a esos personajes: salvo los casos de Ragna y Jin, el resto tienen poco que ver los unos con los otros. La principal clave es el botón «Drive» (traducido como empujón en la versión española), que tiene un efecto absolutamente distinto entre unos y otros. En algunos provoca que se muevan los vientos, en otros envenenamientos, etcétera. Cada personaje no sólo es un mundo, sino que tiene sus propios modos historia, con sus finales, etcétera.

El sistema de combate es muy completo. Cada jugador tiene, básicamente, la posibilidad de usar 3 ataques (flojo, patada y fuerte), cubrirse (normal, instantáneo y perfecto), dos tipos de saltos, deslizarse no sólo en el suelo sino también en el aire, un montón de ataques especiales, 3 ataques extra, y un ataque destroyer que puedes hacer cuando tienes la barra de ataques hasta arriba y el rival está a punto de morir, que crea una secuencia espectacular y que inevitablemente provoca que tu rival pierda el combate. Y eso a nivel básico, porque como os hemos dicho antes cada luchador tiene sus peculiaridades, y así mientras uno te recupera vida, otro tiene una cantidad limitada de shurikens, otro no puede correr, otro maneja una marioneta (con su propia barra de vida), etcétera.

Así se ve el juego

Todo esto, combinado con un espectacular aspecto gráfico (impresionante todo, desde la intro, los menús, los fondos y los luchadores) y sonoro, provocan que este juego sea un verdadero imprescindible entre los aficionados a los juegos de lucha. Porque una cosa debemos tener clara: este juego no es para jugadores ocasionales, sino para aquellos que quieran involucrarse en él, aprender a jugar (al menos con un luchador, con más si se quieren completar los modos offline) y disfrutar del universo BlazBlue, que encuentra dentro del mismo juego una recompensa para conocer la historia (trabajada, pero medianamente tópica dentro del universo manga – ánime) en forma de una especie de serie de dibujos SD con el nombre «Teach me, Miss Litchi», donde una de las luchadoras del juego (que tiene una retirada a Mai Shiranui importante) nos va explicando detalles sobre el universo BlazBlue de una manera realmente graciosa. Lo dicho, a pesar de que recientemente haya aparecido la segunda parte es imprescindible para los que les gustan los juegos de lucha.