El creador de la exitosa saga Grand Theft Auto (GTA) y de la empresa Realtime Worlds, David Jones, presentó hace un par de años uno de los mejores títulos del catálogo de la combustible Xbox 360.
Estamos ante un juego de acción y aventura en tercera persona, que fácilmente podría verse enmarcado en el género de las plataformas y con un mundo abierto que podremos explorar a voluntad.
La policía te está extorsionando…
Encarnamos a un agente anónimo de La Agencia, el organismo que regula la seguridad de la ciudad de Pacific City, nuestro deber será detener a las tres organizaciones criminales que se han apoderado de las zonas en las que se divide nuestra urbe. Para realizar nuestro cometido tendremos a nuestra disposición todo tipo de armamento y vehículos de alta tecnología, sin embargo, nuestra mayor ventaja será el cuerpo de nuestro avatar: podremos morir pero nunca acabarán con nosotros; tras nuestra muerte podremos reaparecer sanos, fuertes, renovados en todos los sentidos. Seremos clonados.
Esta simple premisa que hace las veces de guión da pie a una serie de misiones en las que deberemos encargarnos de los sujetos que sustentan a las bandas criminales en cuestión, debilitando la organización hasta poder acabar con su líder. Según nos acerquemos a potenciales objetivos se nos marcará su posición en el mapa. El orden de las misiones será abierto y lo único que nos limitará será nuestra propia capacidad de combate.
La vitalidad y perfección con la que nuestro avatar realiza acciones como golpear, disparar o usar explosivos aumentarán a medida que hagamos más uso de ellas, con algunas excepciones: los saltos y la conducción. Podremos aumentar nuestra habilidad al volante si acabamos con enemigos desde un vehículo atropellándolos o realizando las carreras propuestas por La Agencia. Por otro lado, nuestra capacidad para saltar aumentará a medida que recojamos los orbes de agilidad repartidos y escondidos por toda la ciudad, o bien cuando completemos alguna de las carreras propuestas por los tejados.
Nadie lo ha logrado en su primer salto
El motor de física Havok y las mejoras de agilidad a priori pueden parecer elementos secundarios, pero en ocasiones harán de los saltos el medio más cómodo y natural para desplazarnos a través de la viva ciudad, primando sobre los vehículos, cuyo control es aceptable pero demasiado simple. Gracias a los orbes ganaremos velocidad, y la diversión que podamos obtener corriendo por tejados o saltando desde rascacielos a pequeñas casas convertirá el título en un juego de plataformas en potencia.
El diseño de la ciudad como tal es correcto, y como cabría esperar el ciclo de día a noche afecta al comportamiento de los habitantes. Respecto a las áreas en las que deberemos luchar no podemos decir lo mismo. Lo cierto es que tampoco ayudarán a superponer la acción sobre los saltos, siendo en muchas ocasiones repetitivas, algunas muy vacías y otras demasiado cerradas. En gran medida, la dificultad de algunas zonas vendrá dada por la cantidad de enemigos que aparecen a intervalos regulares desde puertas que dan a habitaciones inaccesibles, por suerte o por desgracia en algunos momentos de un modo infinito.
La escasa inteligencia de la que hacen gala los enemigos puede dejarnos sin adversarios rápidamente. De hecho, no es raro observar cómo un grupo de enemigos, jefes de organización inclusive, son presa de la ineptitud de sus secuaces a la hora de manipular explosivos, dando como resultado su muerte. El juego nos brinda un sistema de apuntado automático que hará aun más sencilla si cabe la tarea. En momentos puntuales, o durante periodos cortos, los combates pueden ser entretenidos, pero la repetición, tanto de sus frases como de las zonas, puede llegar a aburrir. No obstante no todas las áreas son iguales, y existen honrosas excepciones que serán relativamente complicadas sin caer en la repetición, o la aparición regular e infinita de enemigos.
33 GOTO 32
Lamentablemente tanto las misiones como su desarrollo serán muy similares en las tres zonas, incluso la historia, salvo por estar representada por un grupo étnico distinto con sus propios clichés, será terriblemente similar. Dicha historia se ofrecerá en pequeñas porciones al inicio de una misión o a su finalización. La principal diferencia de un área a otra, más allá de la etnia, radica en su dificultad, que lógicamente será creciente aunque con los elementos que ya hemos comentado para aumentar su dificultad.
Gráficamente el título está a la altura de las expectativas que se pudieran tener en un producto del 2007. El motor gráfico Renderware rinde a las mil maravillas con un aspecto parcialmente cell-shaded en los modelos de personajes y objetos. Las animaciones, si bien tienden hacia lo correcto, en algunos casos dejan algo que desear; tal es el caso de los momentos en los que nuestro avatar nada o salta desde el agua. La música, pese a estar casi exclusivamente presente en los momentos en los que vamos sobre un vehículo, tal como ya ocurría en los GTA, es de bastante calidad, y los temas pertenecen a grupos conocidos, para bien y para mal.
El presente título es un increíble plataformas frustrado, con un componente de acción demasiado grande, repetitivo, que en ocasiones puede llegar a hacerse pesado, aunque la repetición se hace tremendamente llevadera, sobre todo gracias al desarrollo abierto y a la inmensa ciudad de la que podemos disfrutar… a saltos.