Hace unas pocas semanas, no tenía intención de jugar a Payday 2. Es más, tan sólo era marginalmente consciente de que este título existía. La culpa es de mi amigo virtual, Nathan («A Tiny Creature» en Xbox Live). Nathan es un tipo singular. Desde hace un par de años, tras coincidir en una partida de Operation Flashpoint: Red River, nos hemos convertido en compañeros inseparables de prácticamente todo shooter que ha aparecido desde entonces. Nathan es, además, el mejor jugador de FPS que he visto en mi vida –lo cual, junto al hecho de sea británico, viva en Oriente Próximo y jamás hable de su trabajo alimenta mis sospechas paranoides sobre a qué se dedica–.
El caso es que, desde hace unas semanas, como decía, Nathan ha estado obsesionado con Payday 2. Junto a sus habituales mensajes privados a través de Xbox Live con música de Barry White, iba intercalando tráileres y gameplay de la fase beta de este juego publicado por 505 Games. Poco a poco, fui dándome cuenta que estábamos en ciernes de un título muy especial. Por especial, me refiero a la forma en que Kane & Lynch: Dead Men es especial. La forma en la que Left 4 Dead es especial. La forma en la que Deadly Premonition es especial. Si no has sentido jamás ese algo extra por un juego que no es el “Triple A” al uso, estando dispuesto a perdonar ciertas carencias técnicas o conceptuales, este no es tu título. …Seguir leyendo +