Dark Souls se ha convertido, casi desde momento de su salida, en un juego de culto entre buena parte de los que se han atrevido a enfrentarse a él. Y gran parte de esa adoración reside, afirman muchos, en la vuelta a una dificultad de las de antaño, en la vuelta al desafío en el videojuego, algo completamente alejado de los actuales caminos de baldosas amarillas que marcan el destino y opuesto a los puntos de guardado tras cada esquina que hacen que jugar recostado en el sofá con el cerebro en reposo sea una conducta habitual.
Con el título de From Software la cosa es muy, muy distinta. Qué demonios, es absolutamente opuesta. Y, seamos claros de una vez, no porque el juego sea difícil como lo eran los Contra o Ninja Gaiden de NES, sino porque exige al jugador actual algo que ha perdido hace tiempo en la mayoría de los casos: la capacidad de concentrarse al 100% en lo que sucede en su partida. …Seguir leyendo +