Un año más, me he vuelto a pasar 4 días dentro de la Fira de Barcelona, ya sabéis, por el Mobile World Congress, la mega feria que congrega a casi 70.000 personas trajeadas alrededor de la industria con más empuje en la actualidad y que dispone incluso de una televisión en abierto que permite seguirla desde casa, y lo hice para ver las últimas novedades en el mercado de los dispositivos móviles. Y un año más, salgo de allí con un terrible sabor agridulce.
Si bien el año pasado ver en primera persona las bondades de las tabletas con Android 3.0 y los juegos que se mostraros para estas (aunque luego no todos hayan salido al mercado) me hicieron el trasiego un poco más dulce, este año no recuerdo ninguna novedad de estas que te hacen pensar que el viaje ha valido la pena.
Y eso que se han mostrado, como era de esperar, un montón de terminales con Android 4.0. Y que Nokia ha hecho un esfuerzo por volver a la primera línea (de la que realmente nunca ha bajado, pero la prensa si ha hecho lo posible por sacarla de allí) con un móvil con una cámara de 41 Megapíxels. Y que Huawei ha dicho al mundo «ey, ¿os acordáis cuando hace un año os burlábais de nosotros?, hemos vuelto y somos más fuertes«. Y la nueva versión de Playbook, y… Pero es muy gracioso todo este esfuerzo, cuando realmente lo importante para el mundo de la prensa especializada en telefonía (aunque no sea un teléfono) móvil va a suceder, según parece, mañana, en San Francisco. Si, en el Yerbabuena Center los señores de Apple van a mostrar la tercera iteración del iPad.
Así, mientras casi todos los fabricantes de teléfonos y tabletas inteligentes se repartían el trato con medios durante 4 días, los señores de Apple van a tenerlos a todos concentrados en su nuevo producto. Y encima, la mayoría de ellos se muere por hablar o sacar algo de información del mismo cacharro.
Pero centrémonos en lo que nos importa realmente: Los juegos. Los videojuegos han perdido su espacio natural desde 2007 dentro de este evento. Si, está claro, no es un evento de videojuegos. Y más cuando una semana después toda la élite mundial del videojuego se reúne en San Francisco (casualmente, pared con pared donde Apple presenta su nuevo producto). Pero el Mobile World Congress suscita realmente mucho más interés a la industria del videojuego (no olvidemos que es la que desarrolla las aplicaciones más vendidas en los móviles) del que se ve en la feria. O del que se ve expuesto.
Porque sí, había gente de casi todas las principales empresas de videojuegos en el evento. Sólo había que darse una vuelta por los sitios adecuados, y allí estaban. Pero no exponían nada. Nada que mostrar de videojuegos de móviles. Sólo se viene a buscar. Si dejamos de lado lo que se veía en la zona catalana (Plunge Interactive, Down to Moon, Blinzy), la zona española (Unkasoft) y la zona japonesa (nada relevante), además de lo que podían enseñar los fabricantes de hardware para mostrar las bondades de sus productos (y muchos de los títulos enseñados ya se habían visto el año pasado) nadie apostaba por los videojuegos como algo que enseñar a potenciales clientes. Y si bien la feria es bastante cara en el coste del metro cuadrado, tal vez hubiera sido interesante organizar una zona especializada, o algo. Y esa, creo, es la conclusión a la que acabamos llegando.
El año que viene sería ideal que se realizase un evento paralelo más allá de fiestas de revistas o de entrega de premios relacionados con los mejores títulos especializado en videojuegos. Teniendo en cuenta la gran cantidad de empresas que van a traginar con estos productos, es casi irrespetuoso que no tengan su espacio. Y si tiene que ser más ajustado de presupuesto, que así sea. Pero que no haya casi representación en el mayor evento móvil da una idea irreal de la situación actual.
Interesante lo del paralelo