Es bueno mantener las costumbres, y una de las nuestras es hacer un repaso de lo acontecido en la industria del videojuego durante el último año, así como de los temas tratados en nuestra publicación, siempre desde el punto de vista de nuestros redactores más curtidos.
El 2011 visto por Ramón Nafria
No ha sido un mal año, ni mucho menos. Tal vez, un año de tránsito, de espera de nuevas plataformas (Vita, Wii U, y lo que quiera ofrecer el resto), pero también un año de aprovechar lo que se tiene, de proyectos que han salido tras muchos años de desarrollo, de madurez.
Personalmente no he encontrado ningún juego que me haya hecho flipar como lo hice con Yakuza 3. Y eso que ha salido en España su continuación (fuera ha salido un horror), un muy buen juego, pero que no rompe con lo visto anteriormente en la tercera entrega. Aunque he disfrutado, y mucho, con las portátiles. De hecho, he disfrutado tanto que me he visto obligado a escribir algo en su defensa, pues este año se ha obviado totalmente lo que ofrecen las portátiles por parte de la mayoría de la crítica (que no por el público), y no cesan los comentarios de su muerte a manos de los móviles y tabletas.
Y eso que han salido joyas como Shantae: Risky’s Revenge (este año ha salido en Europa, y es el mejor juego que he tenido la suerte de probar), Shinobi 3DS, Ghost Trick, Pullblox, Solatorobo: Red the Hunter, Tactics Ogre, Where Is My Heart?, Mighty Switch Force, Cave Story, Super Mario 3D Land (que prometemos analizar en breve, es una joya), Prinny 2: Dawn of Operation Panties, Dood!, dos entregas de la saga Persona, y casi podríamos añadir Z.H.P. Unlosing Ranger vs. Darkdeath Evilman, que nos llegó a finales del año pasado y lo pudimos analizar este.
Aunque puede que se esperara demasiado de Nintendo 3DS, y lo cierto es que no fue capaz de convencer al personal tanto como se esperaba de ella. Sin un Mario ni un Zelda en el lanzamiento, Nintendo tuvo que dar marcha atrás con un precio rebajado y compensaciones virtuales para los primeros compradores de la consola. Sinceramente, si el producto hubiese salido ahora, la imagen que se tendría de él sería mucho mejor, pero intuimos que Nintendo tuvo miedo de que Sony se adelantase, y de perder demasiado terreno con los móviles. Los resultados en ventas, por ahora, le han dado la razón.
En cuanto a juegos grandes, la verdad es que dejando de lado la escasa originalidad y el poco riesgo de la mayoría de «triples A», han salido productos muy decentes. Nuevas entregas de Battlefield, The Elder Scrolls, Demon Souls, Batman, Zelda, Portal, Dungeon Siege, Fifa, Pro Evolution, Call of Duty, Forza Motorsport, Gears of Wars, Halo, Kirby (por partida doble), Rayman, Sonic, Star Wars, Tales of, Uncharted o The Witcher, que en muchos casos (no siempre) son más de lo que ya vimos anteriormente.
En cuanto a juegos de nuevo cuño, destacamos El Shaddai: Ascension of the Metatron, un originalísimo Beat’em Up; L.A. Noire, un fallido intento de llevar la fórmula de GTA al lado del bien; Xenoblade Chronicles, un buen juego de rol japonés que ha tenido una distribución en España cuanto menos curiosa; Dead Island, una especie de juego de rol centrado en la supervivencia ante los zombis; y Shadows of the Damned, un tremendo juego de disparos con un mundo interior demasiado grande.
Pero claro, los juegos originales de verdad se suelen encontrar más bien en el mundo de los independientes, donde destacan Gemini Rue, una tremenda aventura gráfica; Jamestown, un matamarcianos occidental con modos orientales y gráficos preciosísimos; Bastion, una especie de Diablo pero donde una voz en off nos narra los acontecimientos que van sucediendo, y el mundo que se va creando; Terraria, que se aprovecha de la moda Minecraft y la lleva a las dos dimensiones; Unepic, un metroidvania muy bien realizado; The Binding of Isaac, un buen juego que sobre todo ha llamado la atención por ser obra de uno de los padres de Super Meat Boy; Magicka, un entretenidísimo juego de magos y humor; u Okabu, un juego que tiene buena pinta pero al que la crítica no le ha hecho ni caso (y, en parte, lo entiendo).
Como hemos dicho antes, si hay algo que está creciendo es la gran cantidad de juegos móviles (y tabletas), especialmente en iOs pero también en Android. Títulos destacables: Superbrothers: Sword & Sorcery, un verdadero triunfo del continente sobre el contenido en forma de aventura gráfica con un aspecto y un sonido de lujo; los mil y un juegos de Kairosoft, verdaderos come tiempos; Tiny Wings, el juego (al que recientemente se le ha añadido Jetpack Joyride) que le ha discutido el trono a Angry Birds; la conversión de Grand Theft Auto 3, que junto con Shadowgun demuestra que el potencial de los móviles cada vez esta más cerca de las consolas; la gran cantidad de juegos episódicos de Telltale o barbaridades como Galaxy Pirate Adventure.
En cuanto a otras tendencias: el juego en HTML5 cada vez muestra ejemplos mejores, como demuestran los lanzamientos realizados con Mandreel; el free to play ha salido del gueto de los MMORPG para dar el salto a todo tipo de juegos, entre los que destacan los últimos lanzamientos de Gameloft (Six Guns, Real Football 2012, Dungeon Hunter 3) y Glu Mobile (Blood & Arena); además de algún ejemplo patrio como Paper Zombie, Nutty Sam, Push Cars o Zombie Meatballs.
Pero si algo me ha impresionado ha sido el uso de OnLive en una tableta Android cuando se dan las condiciones correctas. No digo que vaya a exterminar al resto de plataformas, pero sí que es cierto que el juego por streaming, como una posibilidad, es algo que puede ser una solución a muchos problemas; por poner un ejemplo: el de la piratería.
En resumen, 2011 es un buen año para los videojuegos. A ver qué nos ofrece 2012.
El 2011 a ojos de Raúl G. Luna
Me siento intranquilo al mirar atrás para hacer balance de este año. Las cosas están cambiando. Mientras el mundo de la venta física se ha mantenido lozano pese a la crisis mundial que azota occidente, las descargas digitales siguen su auge. Nada que objetar, salvo que un medio digital sin ética puede ser un giro al infierno. La creciente costumbre de algunas desarrolladoras de trocear un título y vender cada capítulo como un entero es una tendencia muy presente y peligrosa. Casos como los trocitos de Dead Rising 2.
El soporte físico como tal, el hardware o hierro para los amigos, también comienza a reflejar esta tendencia. Pese a la muerte del experimento de Sony, eso llamado PSP Go, parece que las dos grandes de la industria han reflejado la tendencia a lo digital en sus portátiles, y darán un gran peso a las tiendas virtuales. Nintendo 3DS ya lo hace, aunque tanto el diseño de la tienda como el del interfaz creo que no son suficientemente cómodos como para inducir a la compra. Por otro lado, tal como nos ha demostrado Microsoft, una actualización a tiempo podría ser suficiente para modificar el aspecto de los menús, o tal como lo vería Sony, un buen medio para cambiar las prestaciones de la máquina.
Desde mi punto de vista, Nintendo 3DS es una consola increíble, tiene potencia, trae consigo todas las ventajas de la generación anterior de portátiles de Nintendo, y han corregido algunos de sus errores. Sin embargo, el añadido superfluo del 3D es un lastre que encarece el producto y al que posiblemente no se le saque partido durante años, salvo a punta de pistola, como en los primeros años del control táctil para Nintendo DS. Como bien apunta mi compañero, la ausencia de algunas de las grandes franquicias del compañía, aquellas que se ven como «vende consolas» no ayuda.
Suenan las campanas anunciando entierros, y con razón hay quien habla de la muerte de las portátiles a manos de los móviles y tabletas; son tiempos de cambio y todos los fabricantes deben replantearse su situación actual. Pero en realidad la alargada sombra del juego bajo demanda, siempre a través de streaming, ya asoma el cuchillo tras la nuca de todos los fabricantes de hardware. El tiempo y los usuarios serán los que determinen qué plataformas sobreviven, y en qué condiciones, así que dejaré de especular.
Centrándonos en lo jugable y palpable, los títulos lanzados este año han superado a sus predecesores en calidad gráfica; la estrategia de lanzar más fuego a la caldera sigue sin fallar. No voy a aburriros repitiendo la ristra de piezas «irrepetibles» que a buen seguro ya habéis leído en palabras de quien me precede; tampoco me extenderé mucho al comentar que casi todas las grandes sagas han tenido su continuación. Pero sí debo reconocer que, muy a mi pesar, el número de franquicias originales dentro de los llamados AAA está muy por debajo de la cantidad de continuaciones. Es de esperar que en la época convulsa en la que vivimos nadie quiera arriesgar su dinero, aunque curiosamente no ha sido así: no todos se han aferrado a sus ahorros.
Tal vez sea fruto del creciente paro, o puede que la desesperación haga aflorar a la gente con talento como si tuviesen un salvavidas, pero los pequeños grupos independientes han aflorado como setas en un bosque húmedo y frondoso. Estos grupos sí intentan despuntar con originalidad y la habitual falta de presupuesto no siempre es un lastre para la calidad del producto. Y lo que es mejor: la red, los millones de páginas web de todo el mundo, ha comenzado a hacerse eco de cualquier pequeño juego independiente que despunte. Con un poco de suerte, esa tendencia mundial a interesarse por producciones más modestas tal vez acabe calando en la prensa de nuestro país.
Bien mirado, parece que los cambios no son tan malos o inquietantes después de todo.