La Asociación de Desarrolladores Independientes (TIGA, The Independent Games Developers Association), ha cumplido 10 años defendiendo los intereses de los desarrolladores de Reino Unido. Nacida en 2001 de mano de la ministra de Industria de entonces (Patricia Hewitt), es una de las organizadoras de la escena de desarrolladores europeas, y de hecho fue uno de los miembros fundadores de la Federación Europea de Desarrolladoras de Videojuegos (EGDF).
En su origen se centró en representar los más de 300 estudios independientes que había por entonces en el Reino Unido, pero en la actualidad se presta tanto a acoger a los desarrolladores como a los estudios pertenecientes a editoras. Además, otro tipo de entidades como centros formativos también tienen su lugar en la asociación TIGA.
Últimamente, la asociación, dirigida en la actualidad por Richard Wilson, se ha visto obligada a hacer frente a ciertos problemas con los que no contaban al inicio. Lo primero, la ELSPA (Entertainment and Leisure Software Publishers’ Association) se ha reconvertido en UKIE (UK Interactive Entertainment Association) y de paso parece empezar a atraer a desarrolladoras. Lo segundo, su incansable pelea para que vuelvan a haber en el Reino Unido ayudas fiscales parecidas a las que hay en otros países como Canadá.