Hace prácticamente un año, con motivo de la celebración de la pasada edición del Tour de Francia, hicimos una pequeña crítica de Tour 91. Un videojuego desarrollado por la española Topo Soft que ya marcamos como una evolución del videojuego que hoy analizamos: Perico Delgado Maillot Amarillo. Aunque solo se llevan dos años de diferencia, las circunstancias, tanto deportivas como del mercado del videojuego español, eran bien distintas.
Desde el punto de vista deportivo, en 1989 se encontraban recientes las victorias en la Vuelta a España y del propio Tour de Francia del protagonista del videojuego, Pedro Delgado. Este contexto revitalizó el interés por el deporte del pedal, e hizo del fichaje de la imagen del segoviano todo un golpe de efecto por parte de Topo Soft. En 1991, esta euforia estaba a punto de llegar a su zenit, ya que el juego fue lanzado en Julio, tan solo unos días antes de que Indurain se hiciera con su primera Grande Boucle.
Las cosas no evolucionaron tan bien desde la perspectiva de Topo Soft. En 1989 aún contaban con el apoyo total de la distribuidora Erbe —que a fin de cuentas había sido su fundadora— y con toda la mercadotecnia que eso supone. En el 91, la distribuida dirigida por Paco Pastor andaba por otros derroteros y su antiguo apoyo hacia la desarrolladora se convirtió en indiferencia. Esto provocó que Tour 91 apenas tuviese repercusión, a pesar de ser más jugable que el primer título y que las victorias de Miguel Induráin pudiesen haber ayudado a las ventas.
Pero volviendo a Perico Delgado Maillot Amarillo, su lanzamiento se realizó en pleno punto álgido del software español con imágenes de deportistas asociados. Fernando Martín Basket Master, Michel Fútbol Master Super Skills o Emilio Butragueño ¡Fútbol! eran buenos ejemplos de que el binomio deporte-videojuego estaba funcionando bastante bien y el título de Topo Soft no fue una excepción.
El juego se trata de una versión en miniatura de una de las grandes competiciones del calendario ciclista internacional. De esta manera, la carrera se divide en cuatro etapas: etapa llana, cronoescalada, descenso y sprint. La primera de todas nos ofrece una perspectiva cenital clásica, en lo que podía ser un videojuego de ciclismo, de motociclismo o de coches. Con la ayuda de las teclas direccionales tenemos que intentar escaparnos del pelotón y ganar suficientes segundos extras de ventaja para evitar sorpresas en las siguientes etapas.
La segunda, la cronoescalada, es la más técnica de las pruebas de Perico Delgado Maillot Amarillo y, sin duda, la que más se acerca al campo de la simulación ciclista. La perspectiva pasa a ser lateral y, aparte de ver al ciclista, tendremos una serie de indicadores con la velocidad, la energía, el perfil de las subida y el desarrollo que estamos llevando en la combinación de platos y piñones. Alternando dos teclas vamos a indicar la cadencia de pedaleo de nuestro ciclista, pero hay que tener muy en cuenta el desnivel y el cambio que utilicemos en cada momento o terminaremos con nuestro ciclista exhausto sin conseguir que la bicicleta avance un metro.
Tras la prueba más difícil y donde nos dejaremos una minutada importante hasta que no consigamos una precisión milimétrica, pasamos a la etapa de descenso. Similar al primer reto, la perspectiva se desplaza un poco hacia una vista más isométrica. Nos encontramos con un nivel más duro que el primero ya que la velocidad aumenta considerablemente, por lo que el peligro de estamparnos en cualquier curva sube exageradamente. El último nivel vuelve a la perspectiva cenital, pero con una recta de gran longitud, donde sólo tenemos que preocuparnos de que nuestro ciclista avance lo más rápidamente posible, evitando la colisión con los otros sprinters. Al final de las cuatro etapas, si hemos conseguido obtener el menor de los tiempos, podremos presumir de habernos llevado el importante trofeo de campeón.
El videojuego resulta bastante divertido y original gracias a la variedad de las mecánicas en los niveles, si bien la de cronoescalada puede llegar a resultar frustrante. Irónicamente, esa es la fase con el nivel de complejidad técnica y de implementación más alto, por lo que probablemente es la fase de la que se sienta más orgulloso el equipo de desarrollo. En lo que respecta a los gráficos, el título luce muy bien en las versiones de 8 bits pero nos deja con un sabor agridulce en la versión de PC por el uso de la tarjeta CGA exclusivamente y por ser una conversión directa de las versiones de 8 bits.
Desde mi punto de vista, la experiencia de juego es más satisfactoria con Tour 91 que con Perico Delgado Maillot Amarillo, pero es cierto que en dos años cambiaron muchas cosas en el mercado del videojuego. En tan poco tiempo, el concepto se quedaba corto y, sobre todo, la capacidad de penetración en el público del software patrio perdió muchos enteros. En cualquier caso, ambos títulos son muy recomendables, sobre todo teniendo en cuenta que desde una perspectiva más arcade el ciclismo ha sido un deporte bastante ninguneado por los videojuegos.