Me sorprende ver cómo algunos críticos hacen su trabajo con este título sin lavarse la boca antes. Tal vez sea por su ignorancia con el medio, con el título en cuestión, o con el contexto de la época. Tal vez sea por atrevimiento, por querer tratar este juego como uno más sin dejar que su estela de título mítico, que ha estado en los listados de juegos más influyentes de la historia a pesar de su escasas ventas, les influya. Pero en realidad a Jet Set Radio se le tiene que criticar viniendo desfogado de casa.
Antes de que sigamos permitidme que os advierta que si tenéis este título en casa o su demo, la versión remasterizada que Sega pone a disposición de todo occidental, miréis los créditos. Si, hay un nombre que os debe sonar familiar, soy yo, pero no os preocupéis porque lo que implica eso es que lo he probado mucho (tal vez más de 100 horas), y no que me lleve réditos por hacer este artículo.
In the ancient times…
Dicho esto, hablemos un poco del original, porque es un caso digno de estudio. Jet Set Radio nace en un entorno pre 11 de Septiembre, cuando el atentado contra las torres gemelas, nace cuando el mundo era un lugar más bonito, no habíamos oído hablar de la crisis (casualmente, en Asia si, y estaban a punto de salir en países como Corea del Sur), y en particular había una empresa que tenía unas ganas enormes de darlo todo por demostrar que ellos eran los reyes del mambo. Hablo de SEGA, de Dreamcast, de su reestructuración en diferentes equipos para convertirse en los mejores en cada estilo de juego y de Smilebit, un derivado del Team Andrómeda que nos dejó en Saturn una trilogía inolvidable como es Panzer Dragoon Saga y que ha seguido, de alguna manera, haciendo buenos juegos hasta ahora (aunque su legado con estilo se reduzca a esta saga, a Gun Valkyrie, Yakuza y Panzer Dragoon Orta). Es una época post Playstation, donde uno de los grandes éxitos, que aún colea en la actualidad (con más pena que gloria, hay que decir), fue ese simulador de monopatinador llamado Tony Hawk Pro Skater y su segunda entrega. Un juego que hizo que muchos usuarios acabasen animándose a hacer el cabra en ciudades reales y que tuvo a su más fiero competidor esta generación en Skate, de Electronic Arts.
Ante el panorama citado, SEGA crea una nueva franquicia como respuesta con la firme intención de ser mejor en todo, incluyendo una historia propia, unos personajes (sobre todo Beat, el protagonista) que siguen apareciendo entre los títulos con grandes estrellas de Sega, una banda sonora de escándalo y unos gráficos que a día de hoy siguen pareciendo brillantes, haciendo uso de una para técnica a la que casi pusieron nombre, el Cel Shading (el viejo toon shading aplicado a videojuegos). Aunque ya existía algún precedente, como Fear Effect o Wacky Races, el uso de esta técnica en videojuegos no estaba extendido y fue pionero, el trato de Sega le supuso su pistoletazo de salida en la industria.
El fondo del asunto
La historia, que no por simple y exagerada debe obviarse, nos pone en la piel de una banda de patinadores que sufre un ataque en su zona. El altercado les embarca en una auténtica cruzada que les lleva a intentar averiguar que está pasando en Tokyo (conocida como Tokyo-to), enfrentándose a bandas rivales mediante la superposición de grafitis y pintadas en la espalda. Algunas de las ideas que plantea no dejan de ser premonitorias ante movimientos como el de «los indignados», el «15-M», «la primavera árabe» o similares. Los enfrentamientos mencionados nos dejan ante los dos tipos de pantallas que conforman el modo historia, y a estos hay que añadir las pruebas opcionales, nuevamente de dos tipos, que consisten en imitar a los rivales reproduciendo movimientos determinados o ganar en carreras que nos proponen patinadores concretos para unirse o no a nuestro equipo.
Durante cada pantalla nuestro patinador tiene que recoger botes de pintura para poder realizar sus grafitis, que pueden ser de tres tipos: simples, con tocar el botón de pintado una vez es suficiente, medios, implica seguir un patrón con el stick tres veces, y grandes, igual pero repitiendo el proceso siete veces. Después, nuestro avatar tiene que acceder a los lugares donde están los grafitis, que podemos buscar en el mapa si no vemos a simple vista, y pintarlos, teniendo en cuenta que lo normal es que en cada fase haya un grupo de rivales que no te ponga las cosas tan fáciles, aunque también deambulan por la zona policías, su inspector, unos perros, los mafiosos, unos hombres en jetpack que lanzan fuego, suicidas con bombas, tanques e incluso helicópteros, y que estos son sólo algunos de los ejemplos más evidentes.
Dicho así, en frío, Jet Set Radio puede parecer un juego normal de patinaje extremo y grafitis pero es en realidad una especie de plataformas donde lo importante no es saber llegar a un sitio, sino molar mucho mientras lo haces. Teniendo en cuenta lo importante de molar, la versión actual en HD se torna especialmente notable gracias al añadido sobre la original de Dreamcast de poder mover la cámara con el stick derecho, esto redunda en una accesibilidad mayor para el jugador actual. Por los escenarios, las situaciones, las posibilidades, los sonidos, los personajes, es un verdadero ejercicio de disfrute y estilo. Hasta la banda sonora resulta un acompañamiento espectacular y, aunque carece de un par de temas del original, cuenta con otras canciones nuevas, incluyendo una bomba de la secuela.
La cara B de todo buen disco
Servidor no fue poseedor de una copia en Dreamcast y tampoco pudo jugar hasta hace bien poco, y debo reconocer que en el fondo es un título duro, hasta que tiene sus pequeños fallos. Problemas como que después de haber empalmado el salto de un edificio con un deslizamiento en una barandilla, al girar una curva sencilla haya un polígono rebelde ahí y te tire al suelo. Fallos como que si estás despistado y te caes encima de un coche a lo mejor su trayectoria te saca de la pantalla, sin preguntarte si quieres o no. La adaptación al control y sus problemas puede ser dura, pero lo que al principio te parecía imposible al poco tiempo se convierte en muy fácil. He leído una crítica en la que un redactor de una prestigiosa revista narra como estuvo seis horas para pintarle la espalda a los tres rivales de una pantalla, y no lo consiguió. No os voy a engañar, a mi al principio también me pasaba, pero lo cierto es que ahora me sobran varios minutos sobre el tiempo límite.
Y no debo ser un caso aislado, a tenor de lo visto en portales de vídeos donde, a poco que busques, aparecen grandes cantidades de usuarios realizando todo tipo de récords. Eso sí, para conseguir todos los logros (debe ser el único juego donde los tengo todos) hay que sudar sangre, especialmente esos donde te piden «todas las fases en máxima puntuación» aunque pese a todo es un paseo disfrutable. Además de logros hay tablas de puntuaciones online, lo que encantará a los fans del juego.
El tiempo no pasa para aquellos que molan
Tras jugar hasta la extenuación soportando todo tipo de problemas puedo decir que, Jet Set Radio HD es un verdadero imprescindible como lo es su versión de Dreamcast, con el añadido de estar mejor adaptado a los tiempos que corren, tanto técnicamente como en su control. Es imprescindible por lo que significa, por su mensaje actual, por el poso que deja en el jugador, y por convertir poco a poco a un inútil en el rey del mando. Es uno de los mejores juegos del año, otra vez, al menos siempre que tengas los ojos para verlo y los oídos para oírlo.
Mi juego favorito de Dreamcast y un auténtico desconocido para la mayoría de manos de esos que se autodenominan «jugadores». Unos escenarios grandísimos llenos de recovecos, un elenco de personajes que derrochan simpatía (el policía con tupé, el Professor K, las bandas rivales…) que se funden con ese colorido y la banda sonora que se queda grabada inmediatamente. Ojalá se lleve el reconocimiento que se merece por la frescura que aportó SEGA con este juego y posteriores a una generación PS2 que se intuía llena de segundas partes.
Como curiosidad nombrar la versión de GBA que esa sí que tenía un control duro comparado con la de DC xDDD
Pues habrá que probarlo pero… ¿divierte o no divierte?
Te mola hacer el cabra por Tokyo mientras oyes una música marchosísima? -> Divierte.
Suena bien XD