Desarrolladores Independientes:
Llamamos desarrolladores independientes (o Indies, para reducir y «hacer más cool») a aquellas personas o empresas que realizan sus obras sin recibir una financiación externa (o, más concretamente, por parte de una empresa que les imponga unos criterios o les dé un encargo). Pero en esta definición entraría casi cualquiera, desde aquellos que hagan un clon del éxito de turno, hasta grandes empresas como Electronic Arts (nadie les financia el Fifa, por ejemplo). Así que añadiremos «y además realizan sus videojuegos sin seguir los patrones de mercado». Esto, sin ser del todo exacto, creo que hace más acertada la definición.
Así que todas las semanas haremos lo posible por hablar de algún desarrollo independiente, centrándonos en sus autores, en sus obras y en su evolución. La grandeza de los desarrolladores independientes es que permiten al jugador enfrentarse a retos o experiencias que normalmente las empresas con más capital dejan de lado. Eso si, debido a la carencia de capital, los desarrolladores independientes suelen tener que echar mano de más argucias y más inventiva de lo habitual, lo que implica que a lo mejor determinados aspectos «superfluos» no tienen lugar aquí.
Se considera que empezaron a aparecer este tipo de desarrollos en la década de los 90, cuando las BBS, el shareware y otras formas de comercialización novedosas (aunque, por ejemplo, cualquiera que empezase en esa época se podría considerar independiente, desde el jovencísimo Richard Garriot vendiéndole Akalabeth a la tienda de abajo a los hermanos Ruiz vendiendo sus juegos hechos a mano en el rastro madrileño). Lo cierto es que en la situación actual son uno de los grupos que más han apostado por la distribución digital, desde el uso de Steam u medios similares para la distribución en PC, hasta plataformas casi específicas como Indie Games en Xbox Live, Minis en Playstation Network, o Dsi-WiiWare.
Lo cierto es que ya tienen una cierta organización. Eventos como el Indie Game Summit, premios como los del Independent Games Festival o la IndieCade hacen que cada vez tengan un estatus más poderoso (la empresa 2d Boy, por ejemplo, es uno de los asociados del futuro servicio OnLive), e incluso acaben, en ocasiones, sobrepasando en cuanto a resultados económicos a juegos realizados por compañías con muchos más medios. En Japón hay un mercado que desconocemos casi absolutamente, que es el de los juegos Doujin, y mueve unas cifras nada despreciables. Además, ya tienen sus propios manifiestos, normas y ritos (y, de hecho, podemos decir que en muchas ocasiones los desarrolladores independientes son algo sectarios en grandes eventos).
Dicho todo esto, haremos por seguirles la pista y que vosotros os enteréis a partir de la semana que viene. Primera parada: The Behemoth.