Juego que mezcla con sabiduría las plataformas con la resolución de puzles, mientras exploramos en un castillo la manera de conseguir liberar a nuestra princesa. Un juego donde manejamos, como no, a un príncipe, cuyas únicas habilidades son el salto y el uso de objetos. Nada de uso de armas, sino de darle vueltas a la cabeza para encontrar la solución a nuestros problemas, habitualmente relacionados con el uso de llaves de diferentes colores, o de objetos que podemos empujar para llegar más alto, o para colisionar con los enemigos, lo que les hará desaparecer. Gráficamente muy sencillo, pero suficientemente detallado como para hacernos una idea de lo que está pasando, y poseedor de un aspecto sonoro muy simple, además de controlarse de una manera diferente a los estándares actuales, es una delicia, siempre que se ponga en perspectiva, pues puede pasar que el personaje se quede bloqueado, y se tenga que volver a empezar desde el inicio. Algo muy poco común a día de hoy.
Entrañable juego, que por otro lado tiene pocas concesiones con el jugador actual.